martes, 6 de septiembre de 2016

El carisma apenas si alcanza para describir tu liderazgo.

Entrenaba un pequeño grupo experimental de jóvenes -futuros lideres-, cuando la acción concreta reveló la oportunidad de mejorar algunas cualidades. 
*
Una práctica desacertada en la labor empírica del grupo me llevó a proponer a su ocasional líder esta reflexión:
¡Hay un gigante dormido dentro de cada ser humano,
cuando el gigante despierta, los milagros suceden!
...obviamente sin más ánimo que invitarlo a optimizar las competencias disponibles - entiéndase sus fortalezas - en cada uno de los integrantes  del circunstancial grupo de trabajo (ceteris paribus) estimulando sus propias cualidades para liderar y propiciando ir más allá del limitado carisma.
Con frecuencia se define estrechamente al liderazgo haciendo referencia a esta característica - CARISMA -, que apenas es un descriptor, entre otros, como ser digno de confianza, determinado, entusiasta, valiente, etc.
Aceptar un liderazgo por las características que presumen pueda serlo, no constituye garantía de que definitivamente lo sea, aunque haya sido suficiente antiguamente, cuando sólo contábamos con la teoría de las características o, aunque aún lo sea para identificar líderes emergentes o aparentes.
Liderar, desde aquel pequeño grupo/equipo experimental de tantos trabajos áulicos universitarios, hasta una numerosa plantilla de un gran proyecto, importa mucho más que las características de la personalidad tanto que si en ello has de ocuparte será bueno que vayas considerando hacerte de cualidades que te permitan:
  • Ampliar la perspectiva de tus seguidores;
  • Respetar -  a los seguidores -  por lo que son y lo que aportan al resultado buscado;
  • Estimular continuamente un consistente crecimiento de su desempeño;
  • Fortalecer sus aptitudes por sobre sus debilidades;
  • Hacer de tu persona un icono de tu integridad y responsabilidad (será lo más permanentemente observado).
Tener las características, y que otros te vean como líder, no te hace eficaz, ni tampoco te consolida como tal. Lograr los resultados esperados SÍ. Y, como ya sabrás, para ello, con más frecuencia de lo imaginado, hace falta despertar uno que otro gigante dormido.

¡Quizás esa sea tu mayor contribución al resultado!

*Imagen de: clnconsultoria.com


¡Ya sos el mejor en lo que haces.
Ponele administración para, también,
 ser el más sosteniblemente eficaz y rentable! 

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