“No existe nada
permanente, a excepción del cambio” (Heraclitus – 501 a.C).
Y ¡vaya que sí tenía
razón Heraclitus!
Aquellos que surgían como novedades a principio de la década: televisores 3D, cámaras digitales, lámparas de bajo consumo, los mensajes de texto, entre otros y todos en gran medida reemplazados ya por sus correspondientes sustitutos (SmartTV, Smartphones, lo último en Lámparas led, Whats App, etc.) son ya una vieja historia a la velocidad de los acontecimientos del mundo globalizado.
Más cercano a nuestro presente son:
- Los robots, en países más desarrollados, ganan terreno ocupando ya un porcentaje de los puestos laborales cercano al 50 (cambiando, obviamente, la naturaleza del empleo humano);
- Las cosas cotidianas se conectan ya entre sí y con Internet, imponiendo ello un desafía sin precedentes en materia de seguridad y privacidad;
- Los drones seguirán expandiendo sus aplicaciones y, junto con los vehículos autónomos, en un tiempo no muy lejano serán parte del paisaje cotidiano;
- La inteligencia artificial, con acierto y errores, estará cada vez más omnipresente;
- La conectividad alcanzó rango de recurso estratégico y depende de la energía;
- Más velocidad y más cobertura, sólo di adecuadamente #administrados, infieren más desarrollo y, bajo la misma condición, más generación de riqueza genuina – claro: con menos manos de obra manual y más cerebral.
Las oportunidades están allí, en un marco tan nuevo como
desafiante, difícilmente explorable con las estrategias empresariales
tradicionales. Y considera que sólo he mencionado unos pocos.
No comprender esta realidad dinámica equivale a estar en el
mercado equivocado, en el momento inadecuado y pensando equivocadamente, o sea,
pensando en un mundo que ya no existe y que se fue para no regresar, dejándonos
desafíos cuantiosos desafíos en política, economía, energía, comercio, agro,
educación, libertades y garantías, entre tantos otros.
Por cuanto concierne a #Administrar la institucionalidad de
empresas y organizaciones, habrá que hacer notables esfuerzos y agudizar el
ingenio en eficiencia y eficacia, competitividad, desempeño laboral, por citar
sólo algunos.
¡ADMINISTRÁ!
Lo que ya sabes hacer exige tu productividad, la de tu equipo y, el dinámico vínculo contextual.
¡Sumate, estamos administrando!
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