Dos sencillos recursos, fáciles de implementar, para ganar
productividad en el desempeño de tu mano de obra empleada.
NO TE ENGAÑÉS
“Atajar todos los penales” o, “estar en misa y repicando”
son tan impropios a la administración que ejercés como gerente o propietario
gerente, como pensar que cuando un empleado no funciona sólo él es culpable.
Estas dos arraigadas concepciones, muy “criollas” por
cierto, no son más que síntomas de que no estás gerenciando sino que, por el
contrario, son las circunstancias las que dominan tu agenda.
PARA MUESTRA BASTA UN BOTÓN
Tanto lo que se espera de un empleado cuando lo contratás,
como la manera en que cumple con el encargo son siempre medibles. Aunque, en ocasiones, con mayor o menor
precisión.
Que no se pueda hacer como en mucha circunstancia
manifiestan, es sólo un déficit gerencial subsanable con entrenamiento más que
una carencia de nuestra disciplina. Intentá con este par de recursos:
- Establecé, en un breve escrito, el alcance de la tarea que delegarás (productos o servicios logrados respecto de un estándar - incluso si por el momento éste es sólo lo que te dicta tu mejor saber y entender-) y,
- Completá, el escrito, con el marco de condiciones en que esa tarea es apropiado desempeñarla; entiéndase: concretar con ella hechos consistentes y relevantes (responsabilidad, disciplina, actitud, iniciativa, apariencia).
No sólo has determinado así el principio de una solución
que resuelva esa aparente imposibilidad tan popular; también habrás
tangibilizado un seudo acuerdo específico de desempeño para las personas a tu
cargo.
TRIPLE EFECTO
Juntos, sendos recursos propuestos, perfilan los
requerimientos del puesto que ha de cubrir la persona que incorporás a tu
proceso.
También, una vez implantados, con el sólo agregado de una
conveniente grilla de valoración, se constituyen en un eficaz instrumento de
evaluación de desempeño periódico.
Si algo le faltaba, marcás así la base primaria, objetiva e inequívoca del sistema
de premios y castigos.
UN POCO MÁS
Si ya contás con un responsable a cargo de tu capital
humano, podrá éste conformarte un grilla aceptable para hacer de estas
valoraciones algo más objetivo o; tu asesor profesional de confianza, te
aportará el instrumento adecuado para tu particular y específica situación.
Considerando además que en juego está el rendimiento de
cada peso pagado a ese o a esos empleados, mucho más ventajoso te resultará si,
además de establecer un patrón de desempeño aceptable con el cual compararlos,
lo comunicás de forma conveniente en el mismo instante que lo contratás o le
asignás el nuevo desafío en que lo ocuparás.
No perderás tu tiempo. Por el contrario, no sólo cumplirás
con lo que como gerente o propietario gerente realmente te compete sino que,
además, sentarás las bases del logro futuro.
No está de más recordarlo, CONTROLÁ periódicamente la
eficacia del instrumento implantado. Primero más, frecuentemente, luego menos
pero, jamás relajés la aplicación.
Su verdadero y contundente significado lo comprobarás
cuando se presenten divergencias; ¡que siempre las hay!
Es un producto Asesor empresarial de Gallart & Co.
“El DESARROLLO es inherente a las energías humanas más que a la riqueza económica”
Sólo si ADMINISTRAS ambos ¡Lo lograrás!
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