Sobre todo, si tuviste
algún éxito reciente en tus actividades, económicas o no.
Digamos que este post es para ponerte sobre
aviso, puesto que tenemos la tendencia a descartar o pasar por alto al éxito
imprevisto como si por simple o espontáneo no mereciera nuestra consideración.
Ese
éxito, el emergente a mitad de camino, el que raya con la cotidianeidad al
punto de hacerse imperceptible, el que contradice supuestos, preconceptos y
teorías confirmadas, merece dedicarle una atención sistémica intencionada.
Existimos
tan mecánicamente que nuestra sensibilidad apenas alcanza para asombrarnos con
un buen acierto que logramos, pero rara vez sometemos al éxito no programado al
análisis oportunista considerando su menor riesgo, pues ya demostró que resulta
y, por espontáneo, también su bajo costo de identificación.
¡Revisá tus éxitos no buscados!
¡Ya sos el mejor en lo que haces.
Ponele administración para, también,
ser el más sosteniblemente rentable!
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