"Hay que ser un poco piromaníaco y saber
qué cosas quemar a tiempo antes que lo quemen a uno por idiota".*
CASO DE REFERENCIA
En el acerbo cultural de un
negocio PyME que auditara en el primer trimestre de 2018, apareció como rasgo
distintivo una frase condicionante instalada en boca de todos sus integrantes,
sin distinción de nivel ni función:
“Cuando no hay día complicado...”
En ninguna de las entrevistas estuvo ausente.
Tampoco en ninguno de los tratamientos colectivos. Siempre, hubo un disparador
que la hizo protagonista y alguien que inconscientemente la esbozara.
El propietario-gerente, consintió
su uso cada vez que “Cuando no hay día complicado” se mencionó y, en ningún
caso la advirtió como una anomalía o, más aún, se dio por enterado que tal
anomalía era su responsabilidad.
Entre las conclusiones de la
auditoria diagnóstica realizada, que le fueran entregadas a este negocio PyME,
se identificaron 54 oportunidades de mejora, debidamente fundamentadas y, cabe
aclarar, una vez ya consolidadas por áreas de implicancia.
Vale mencionar:
Incluye procesos blandos y duros y que, el 14% son superables sin inversión, el 68% superables re-funcionalizando el capital físico, humano y monetario existente y, el resto, con inversiones bajas y progresivas y, en ningún caso imperativas.INCENDIOS NECESARIOS
El cuadro de situación precedente arroja múltiples aprendizajes, pero focalizaré sólo tres relevantes que debes incinerar de inmediato:
Zona de confort
Que asimiles como corriente la
“complicación” (crisis), no la hace normal. Simplemente, el mero
acostumbramiento te adormece tanto como te torna tolerante, pero no quita los
sacrificios en salud personal y rendimiento económico que tal situación trae
como consecuencia.
Las oportunidades de mejora
identificadas, invisibles a los ojos “acostumbrados” de los integrantes de este
negocio PyME, ya poco sensibles, dan cuenta de ello.
El reinado de “LO QUE SE PUEDE”
Entre los entrevistados, se
incluyó una persona apenas transitando su fase de inducción al puesto (recién
ingresado, o aún en período de prueba).
Al igual que los demás, ya tenía este
“Cuando no hay día complicado”, incorporado como verdad absoluta.
Esta admitida verdad, no es poca
cosa, especialmente al estar instalado en la cultura de la organización, por
cuanto no sólo impide visualizar oportunidades sino que además, aún cuando
fueran visibles, quedan subordinadas al poder paralizador del concepto
instalado.
Los aires renovadores que puede
aportar un recurso importado de otra organización, como es un empleado nuevo,
en este caso, como en tantos observados, se desvanecen ante el poder de la
cultura reinante, nivelando el potencial al status quo vigente y, por cierto,
aniquilando otra oportunidad.
A partir de “Cuando no hay día
complicado”, todas las voluntades se subordinan y los sistemas condicionan su
desempeño o, hasta incluso, se paralizan.
“Como
el día es complicado no haremos esto o aquello…”, “no hay tiempo para lo otro,
sólo corremos detrás de…”, “hoy tampoco fue posible porque el día fue
complicado…”, etc. abundan entre las expresiones y cada vez más
consolidadas excusas de por qué no se hace lo que se debe y sólo reina el “LO
QUE SE PUEDE”.
Incompetencia
Indudablemente la hay pero antes,
valga una aclaración que siempre se hace necesaria para con este término.
Incompetente es distinto de
inútil, y sólo refiere a la carencia de alguna competencia en particular, en
este caso de administración, absolutamente superable con capacitación y
entrenamiento gerencial.
Es posible, y hasta normal, que
miembros operativos de la organización no adviertan su relajo en la “zona de
confort” o el imperio de un “paradigma negativo”.
Sin embargo, si bien es posible, y
hasta comúnmente encontrado, no es normal que un gerente o, propietario-gerente,
a quien se le atribuye funciones tácticas, e incluso, según el nivel o
jerarquía, hasta estratégicas, sucumba ante tales defectos.
Su responsabilidad es anticiparse
a las crisis y resolverlas. Importa ello una tolerancia, como en todo la hay,
de al menos tres recurrencias pero, JAMÁS un acostumbramiento al punto del
confort situacional.
Si sos gerente te están pagando por esto y, si sos
propietario, estás perdiendo dinero y despilfarrando salud por tales disfunciones.
ACTIVALO YA
Entonces, emergen tres acciones para activar tu próximo lunes a la
mañana:
#1- Expandí ya tu zona de confort:
Porque sea lo que hay no significa que sea lo óptimo.
Nunca perderás por salir de ella. Cuando menos aprenderás algo.
(Trajo esto a memoria, un video que puede ilustrarte. Te lo dejo al final).
#2- Destroná el reino de “lo que se puede”:
Administrar, sin importar organización, área, disciplina o profesión, importa el imperio de lo correcto, económico y conveniente.
Esto, siempre es “lo que se debe”; jamás “lo que se puede”.
#3- Adquirí ESA competencia:
Carecer de una competencia sólo muestra un vacío para llenar con un conocimiento específico, que puesto recurrentemente en práctica se convierte en hábito y, sostenido en el tiempo, en una virtud.
Siempre te saldrá más económico que permanecer en la ignorancia.
Disfrazate de piromaníaco en tu negocio o PyME y quemá ya la
“zona de confort,” el trono de “lo posible” y, tus "incompetencias" de
administración.
¡Estamos para servirte!
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Click sobre la imagen, y en 5 minutos entregarás tu muestra diagnóstica, con la que te diré en qué etapa se encuentra y, un par de sugerencias para fortalecerla.
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* Frase atribuida a Ernesto SÁBATO.
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