“La oportunidad está donde usted la encuentra, no donde ella lo encuentra a usted".
Peter F. DRUCKER.
Notas de consulta.
Se ha vuelto un hecho frecuente tratar con clientes
angustiados, y desorientados - nueva normalidad quizás -, con una constante gestual
como la recreada en la imagen que comparto.
"Sabemos que tenemos que hacer algo, que lo debemos hacer rápido, que debimos haberlo hecho ya peeeero..."; la conclusión que subyace es:
"Necesitamos que todo cambie, sin cambiar nada".
Posibilidades que imposibilitan.
Para Soren KIERKEGAARD, filósofo, y escritor del libro
"El concepto de la angustia", ésta - la angustia -"es la
conciencia de la posibilidad", mismas que abundan en contextos cambiantes,
ya que las percibas como posibilidades positivas o negativas, según el filtro
de tu particular circunstancia.
El surtido de posibilidades para el optimista es en sí cosa buena, pero no lo
es tanto para alguien más conservador, por el solo hecho de que lo enfrenta a
alternativas con la básica condición de tener que elegir, o sea tomar
decisiones, que de algún modo lo sacarán de su zona conocida, segura o, de
confort.
Refugios poco saludables
Refugiarte en rutinas, o en conductas conservadoras del tipo "Voy a hacerlo como se ha hecho siempre", o "Como lo hacen todos", tras una hipotética convicción de que “si hacemos más de lo mismo, pero más rápido, quizás resulte”, resulta generalmente contraproducente en contextos disruptivos como el actual.Las postergaciones para decidir se suceden entonces, y
consecuentemente crece la angustia, esa intranquilidad o inquietud que aumenta
en intensidad conforme la indecisión acumula consecuencias desagradables y/o
con grado de amenaza para aquello que bajo tu responsabilidad estás decidido a
proteger, incluso sacrificando la sanidad de tu propio organismo que no demora
en manifestar las primeras señales de estrés.
Nuevas posibilidades, exigen nuevos retos.
Hubo tiempo para dilaciones, postergaciones, para pensar incluso que nunca se dejaría de producir, de trabajar, de consumir, de trasladarnos a través de fronteras, o incluso a través del umbral de nuestras propias viviendas, y sin embargo todo eso ocurrió, y confirmó que lo imposible puede pasar, que incluso puede perdurar en el tiempo y exigirte:
- en lo personal la conversión de la angustia en entusiasmo y,
- en lo empresarial una profesionalización de los tomadores de decisiones y los equipos, particularmente en aspectos como la integración, autonomía, consistencia, orientación a resultados e innovación.
Entonces, nuevas posibilidades no tienen por qué ser mayoritariamente malas; es posible que incluso las más complicadas sean menos dañinas que ser presa de la indecisión y/o la angustia.
Del mismo modo, hacerte de una ventaja quizás tan solo requiera que ajustes tu proceder, el de tus equipos, y evites inconducentes postergaciones, o la victoria de miedos paralizantes por sobre la razón y tú voluntad.
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