La pandemia sorprende con hechos curiosos,
al menos para quienes nos permitimos el privilegio de la observación
contemplativa y productiva.
Recientemente me participaron de una selección de ideas para proyectos de negocio, en las que quienes constituíamos el panel virtual convocado debíamos ‘subir o bajarle el pulgar’ a ideas propuestas por un colectivo de postulantes.
Propósito precario,
considerando que los criterios de selección no fueron objeto de establecimiento
previo y, por tanto, tal selección habría de constituirse en un hecho tan curioso como
arbitrario, sin dudas y condicionado a la subjetividad de los panelistas convocados y/o sus particulares e inevitablemente sesgadas interpretaciones.
Un absurdo de administración como el citado, constituye en sí mismo un hecho curioso desde el cual despejar una oportunidad, en este caso de aprendizaje acerca de dos aspectos:
- El de la idea que debe evolucionar hacia develar su potencial de negocio, si lo tuviere;
- El de las limitaciones de la sola buena intención.
ACERCA DEL POTENCIAL DE LA IDEA.
Despejar de la anécdota un hecho curioso relevante, invita a enfocarte en una idea, y el ‘potencial de respuesta a una oportunidad económica’, que emerge de ella si te permitís cuestionarla mediante una pregunta, o mejor todavía, con un conjunto de ellas.
Las amenazas y las debilidades, hechos curiosos por cierto, y abundantes en condición global de pandemia, son en sí mismos referencias incandescentes en las agendas diarias de todos nosotros, aunque sólo visibles para quienes con genuina e intencionada curiosidad observen los hechos.
La curiosidad por su parte, es el ámbito natural de la pregunta, de ahí que sea siempre una respuesta o varias de ellas, las que develen el potencial de negocio que una idea encierra.
Entonces, cuestionar la idea es siempre un buen comienzo, sobre todo si tu interés indaga por:
- ¿Cuál es el
miedo, la amenaza, o la debilidad?, que con la fortaleza disponible se puede
convertir en oportunidad.
- ¿Qué lo que
hace vulnerable? al pretendido negocio.
- ¿Cuáles y en
qué momento se producen desequilibrios? en el sector económico que lo contiene.
- ¿Quiénes son
los socios?
- ¿Quién la va
a gerenciar?
- ¿Quién la va
a financiar?
- ¿A qué causa económica sirve?
No es el imperfecto listado precedente un absoluto. Por el contrario, apenas es enunciado de un relativo perfectible según sea la naturaleza de la idea y sus condiciones intrínsecas y extrínsecas.
Tampoco con ellas vas a validar la idea de negocio. Aunque sí sus respuestas pondrán a la luz una cuantiosa cantidad de imperceptibles valiosos para entonces invertir tu dinero en un plan de negocios pertinente, y con el cual validar su diversas viabilidades (técnica, comercial, económica, financiera, etc.).
ACERCA DE LA BUENA INTENCIÓN.
Al daño que inflige sobre una idea un impertinente ‘juicio de valor’, apenas es capaz de oponérsele un procedimiento
adecuado y oportuno; y sólo puede derrotarlo el concurso del potencial intrínseco de la
idea con la irreverencia de su emprendedor.
Ejemplos sobran.
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