jueves, 5 de octubre de 2017

Hay una OPORTUNIDAD para tu empresa y tu propia salud. ¡ENCONTRALA!


Insatisfacción generalizada, crisis insuperables, debilidad crónica, sensación de asfixia, tanto reflejan problemas de tu salud como de la empresaria.



TE PONGO EN CONTEXTO


La circunstancia que describo seguidamente, seguro te es familiar:

En un momento dado, de una jornada cualquiera, comenzás a sentir un malestar generalmente imprevisto y, consecuentemente, acudís al médico qué, pre-diagnóstico mediante, te sugiere algunos análisis para descartar supuestos y precisar qué es lo que te afecta.
Con los resultados en mano, el profesional confirma un diagnóstico, sugiere un tratamiento y, si corresponde, indica la medicación apropiada o, las derivaciones pertinentes.

Este particular proceso referido en pocas líneas, sabrás que se le parece mucho al que transitás cuando una afección en tu salud irrumpe tu normal desempeño.

Sin embargo, a pesar de la inevitable analogía, no es el recorrido que con más frecuencia realizás cuando el deterioro de desempeño es en tu empresa, ese organismo institucional que tiene una vida; ¡una que vos le otorgaste!

DIFERENCIAS INEVITABLES.


Hay muchas, como es de imaginar. Pero una particular diferencia distingue a un proceso de otro:

En la puesta al desnudo de los síntomas empresariales, el consultante, rara vez hace de propia voluntad referencia a lo que siente (o le duele), como es común en una consulta médica.

Sin embargo, refiere abundantemente a lo que su entendimiento le permite percibir, tanto por su impresión, como por la manifestación directa del público relacionado a la iniciativa empresarial, como:

  • CLIENTES desconformes;
  • ESTADO reclamando imposiciones tributarias – fiscales o previsionales – incumplidas;
  • PROVEEDORES que aumentan su presión;
  • COMPETIDORES: implacablemente en progreso; 
  • Un mix de los citados anteriormente; 
  • etc.

Y no es que sus propias motivaciones (internas) no existan o carezcan de importancia frente al peso de los estímulos (externos) sino, que como su personal insatisfacción o felicidad aún no alcanzó un estado de desequilibrio semejante al que le provoca una propia enfermedad no cuenta con el reconocimiento suficiente para configurar una anomalía.

La anomalía entonces alcanza esta calificación en estadíos críticos, difíciles de disimular, como cesación de pagos; tasas crecientes de improductividad; alta rotación de personal; pérdida de mercados; caídas estrepitosas de ventas, etc. Y en ocasiones muy terminales como para resolver.


ALGUNAS SEMEJANZAS.


Particulares:


Ambos sistemas, el humano como el empresarial, son organismos vivos y, por tanto, complejos.
Ambos sistemas, entonces, son susceptibles de afecciones multi-causales tan propias de su naturaleza como de influencias del contexto en el que se desempeña.
Unos pocos ejemplos pueden ilustrarte mejor:

  • Así como una sensación de asfixia o sofocación no sólo puede originarse por la propia falta de capacidad pulmonar, sino también por obstrucciones mecánicas (internas o externas), etc. En la empresa, la asfixia, o falta de liquidez, no sólo es consecuencia de una mala administración financiera sino, también, de malas estrategias y programas comerciales y, sin dudas, de una inapropiada administración económica.
  • Así como el glaucoma (ceguera silenciosa – visión de efecto túnel) resulta muy difícil de detectar y entre sus causales (aunque no muy conocidas) se encuentran la tensión o presión intraocular, los antecedentes familiares, la diabetes, la edad. Empresarialmente, la visión de efecto túnel cuenta también con múltiples causales entre las que se cuenta la presión contextual inmediata prolongada; falta de planificación; el exceso de concentración en las propias competencias y, entre otros, el desempeño errático fuera del percentil etario. En cualquier caso, los daños que ocasiona la visión de efecto túnel son irreversibles, aunque en el corto plazo pueda ser imperceptible su efecto en la vista humana o, hasta favorable en el desempeño empresario.
  • Sabido es que el sobre peso puede ser por exceso de masa muscular o por obesidad y, que ésta última no sólo es producto de un desorden alimentario sino que además, entre sus múltiples causales, están la incidencia de factores genéticos, alteraciones metabólicas, falta de ejercicio y el sedentarismo. El sobre peso empresarial, es un efecto particularmente atribuible a factores intrínsecos (uso adecuado de los factores) y/o extrínsecos (aumento de la demanda, defecto en competidores, etc.). Su primera manifestación es crecimiento en el corto plazo que, adecuadamente administrado puede derivar en un sobre peso muscular ajustable en el tiempo; pero, inadecuadamente gerenciado, terminará por acumular sobrecostos (grasa) y/o improductividades marginales.


Es obvio que tu impresión circunstancial no será la misma cuando acudís a la guardia hospitalaria o, al consultorio de tu médico de confianza, que cuando acudís al asesor empresarial.

Generales relativas al proceso:


En uno como en otro caso, y a pesar de que en una primera impresión el profesional te anticipe la presencia de condiciones mínimas de salud para afrontar la eventual dolencia, lo común es que tu interés de fondo vaya más allá de la necesidad de un promisorio alivio.

Esto hace que del mismo modo, en uno u otro caso terminés exigiendo sinceridad por parte del profesional, así como una descripción tan amplia como precisa del alcance de la afección total, el modo de superarla, las consecuencias de no tratarla y, cuando menos, los efectos colaterales posibles de presentarse.


Generales relativas al procesado:


Unas mínimas nociones acerca de cómo superar un estado febril te permite pasar la noche hasta asistir a la guardia a primera hora de la mañana si el cuadro persiste, para ponerte en manos de un profesional especializado en salud.

Con poco esfuerzo es posible dotar de carácter económico a una actividad para la cual te has formado y sabés desempeñar. Y, para eso suele ser suficiente unas mínimas nociones de empresarialidad.

Pero sin dudas, y al igual que en el caso médico, tan pronto como llegue el primer amanecer (situación de bonanza o favorable), o la primera noche (crisis o debacle), habrás de ponerte en manos de profesionales con calificación pertinente si querés una mejoría sostenida o, garantizar la supervivencia de la iniciativa empresaria que te ocupa.

APRENDIZAJE COMPARTIDO


Así como ocurre en medicina donde permanentes campañas de prevención alertan a la comunidad sobre los peligros de auto-diagnosticarse y, consecuentemente, auto-medicarse, recuerdo haber leído a KIYOSAKI diciendo:

“El consejo más caro con frecuencia es el gratuito.
Es el consejo sobre el dinero, inversiones y negocios que te dan tus amigos y parientes pobres”.

Un buen número de casos tratados en consultas convalida que la apreciación de KIYOSAKI no es errónea cuando, incluso habiendo tomado consciencia de su falta de competencias empresariales, intentan soluciones mono-causales (parcializadas), o importadas, para recuperar una ya deteriorada condición empresaria.

Esto, sumado a la ansiedad por una solución inmediata, y situaciones contextuales poco favorables, configura algo que mucho se le asemeja a un auténtico salvavidas de plomo.

¡Que no te pase también a vos!;

Acudí a tiempo a la consulta especializada. Siempre va a ser más útil y económico que “Reacomodar las sillas en la cubierta del Titanic”.

Por cierto, no va este post a modo de consejo. Simplemente respondo con él, al compromiso que adquirí con el último cliente que dijo:

“Y si es tan fácil de entender así, por qué nadie te lo avisa a tiempo”,

al cual, por parecerme descortés no contestar o,  responderle:

“Y quizás vos nunca lo preguntaste”...,

...opté por decirle, “más tarde te lo paso por escrito”*.


Es un producto Asesor empresarial de Gallart & Co.

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* Como dicho: "Uno es amo de su silencio y esclavo de sus palabras" vaya para el citado, mi sincero agradecimiento por el estímulo a esta redacción. Si bien preservo tu identidad, no pude evitar postearlo para que fuera útil a más empresas.

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“El DESARROLLO es inherente a las energías humanas más que a la riqueza económica”
Sólo si ADMINISTRAS ambos ¡Lo lograrás!



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