viernes, 12 de mayo de 2017

También podes ser competente TIC’s y elevar tu productividad e ingreso.

Hay proyectos y relaciones que obligan a mirar las tecnologías con más que mayor atención, algo que mejor definiría como un profundo respeto.



No hablo de un respeto cualquiera, tampoco ese respeto que te obliga a guardar distancia sino, por el contrario, ese respeto que obliga a estrechar y mantener un vínculo sólido porque comprendés que esa relación será lo suficientemente prolongada para ocupar lo que te resta de vida.

Ocurre que es tan cierto que un sinnúmero de nuevas y recientemente emergentes tecnologías habitan mi vida actual como que muchas de ellas la han transformado en aspectos y dimensiones que jamás hubiera siquiera pensado pocos años antes.

Una breve historia de mi relación con ellas.


Trabajé entre el '85 y el ´90, en una de las empresa tecnológicas, por entonces, más importantes del país IMPSA. Lo que allí había en tecnología y el uso que de ella hacíamos para administración, desarrollo, producción, logística y otros era apenas sospechado por el resto del sistema empresarial de buena parte de nuestra nación.

La biblioteca que disponíamos (Ingeniería - Planta 2 - Carril Rodríguez Peña - Mendoza), no se comparaba con nada que hubiese visto hasta entonces (por cantidad, calidad y sofisticación), y nuestros diseños asistidos en plataformas CAD CAM eran admirados por cualquiera ajeno a la empresa. ¡Todo estaba allí!

En las centrales hidroeléctricas que montábamos con lo que en fábrica se producía, sólo se contaba con información impresa y una modificación - significativa - nos importaba a quienes teníamos algún grado de responsabilidad, trasladarnos centenares de kilómetros hasta el departamento de ingeniería para discutirla, acordarla y, si llegaba el caso de ser potencialmente posible el cambio, volvernos con la promesa que "pronto" recibiríamos la reforma de ingeniería, sus detalles, listas de partes y anexos (memorias, referencias, etc.).

En la planta, casa central, sobraban las computadoras y nos jactábamos de tener el segundo centro de cómputos más importante del país. Pero, aún así, y con la extensa red que ya existía, sólo había una o dos por área, generalmente a cargo de quien gerenciaba.

Y si, en casa, cuando mejor, unos pocos libros, un tablero de dibujo y papel, abundante papel y poliesters (otros aún usaban el vegetal o manteca) para la infinidad de bocetos que cada variación nos obligaba a experimentar.

No puedo olvidar que estábamos atónitos porque la empresa -  en casa central - nos acababa de cambiar el telex por un fax... ¡Guaauuuu toda una innovación un salto evolutivo que no imaginamos nuncay, que ingenuamente creímos que sería único en su ámbito.

Tampoco olvidaré mi atónito rostro y la intrínseca perplejidad cuando, en un traslado fui a dar al "departamento de montajes" y sobre el escritorio había sólo una computadora y una resma de papel continuo, completamente cargada con ítems de un inventario que yo debía controlar en una fecha limite ya estipulada. ¡Yo no había encendido una hasta entonces!

La obra a pie de presa, era un barco en alta mar. A ella, en determinados casos sólo se la podía conectar por radio o un viaje hasta la villa urbana más cerca, que dispusiera de central telefónica (algunas con clavijas), con la que conseguir una conexión, no siempre estable, que pagaríamos como larga distancia, con cualquier punto de la estructura corporativa que nos asistiría con aquello que era requerido.

"Puñetas..." ¡Qué si hubo transformación racional disruptiva! 


El CAD CAM, cuando ahora lo he mencionado, la gente se queda esperando la explicación, parece que nunca existió, y nadie se imagina hoy el ámbito de la ingeniería sin el AUTO CAD. Éste, por cierto, con las suficientes licencias para que todo el equipo, sin importar la distancia, interactúe y comparta diseños sobre él.

No se le ocurría a nadie montar la biblioteca hoy como la que por entonces disponíamos. No hay argumento que lo justifique, ni sofisticación que resista la accesibilidad desde el dispositivo móvil a cualquier biblioteca o productor de conocimientos del mundo.

Tampoco se justifican los viajes para tratamientos y acuerdos de rutinas o re-diseños de lo que fuere, reemplazados por las video call, los webinar, el video y tantos otros formatos, hasta con incluso la posibilidad de tomar remota y simultaneamente el control de la pantalla y hacer los ajustes que estás conversando.

Es cierto. Si, me llevé toda la tecnología de la información y comunicaciones, hacia la que antes debía viajar, a casa. Los costos de acceso a ella se redujeron significativamente pero también los costos de la gestión se achicaron en gran medida.

En términos generales, los costo de los servicios que reemplazaron a los costos que se redujeron, no suman en proporción el valor de la reducción; sin embargo, sólo en muy pocos casos se mantuvo o creció la productividad. Oportunidad de mejora, SI pero más un desafío que actualmente tenemos la responsabilidad de afrontar.

Como sea, comenté la impresión del cruce del telex al fax. La siguieron muchas, tantas que con el correr del tiempo las fuimos incorporando de modos mas permeables o menos indolentes, y hoy las asumimos como parte de la realidad sin intermitencias.

Una realidad que en ocasiones arrasa tecnológicamente vulnerando la relación de respeto que al comienzo de esta entrada hice propia.

Ese respeto que la humanidad se debe para hacer ejercicio de su innata capacidad de asombro y admiración para evitar ser atropellado por la novedad y hacer uso de la exploración y consecuente explotación en tanto la novedad resulte un modo conveniente de satisfacer una necesidad cierta y, en algún grado deseada.


La industria propone.


No más. Es increíble el salto cualitativo y cuantitativo de esta evolución desde el inicio de esta remembranza. Lo fue hasta 2011, cuando Corning nos presentaba sus diseños y prospección del futuro - en parte nuestra realidad de hoy. Recordalo con el siguiente video:


También presentaba entonces, en parte, el futuro que muchos no atinan a soñar y, la evidencia de que lo que reste de nuestras vidas habrá de discurrir en el más sinérgico fluir del tiempo y los recursos que jamás nadie hubiera siquiera imaginado.


"La sustitución de lo analógico por lo digital siempre lo propone la industria"

Así, por cierto, si acaso te quieres ver en el aula que te espera y las salidas experimentales a campo que seguramente explorarán tus hijos y nietos, no te pierdas la segunda parte haciendo click en el siguiente link: El papá también maneja :-)


¡Ciertamente, "esto sólo acaba de empezar"!

...pero, por inmediato que sea ese comienzo, ya exige de cualquiera de nosotros, sin importar a qué nos dediquemos, hacer una prudente y dedicada instrospección y reubicación en este nuevo contexto.

Si lo intentas, sugiero que consideres:


  1. Procurate habilidades digitales (no basta ser nativo).
  2. Actualizate permanentemente.
  3. Fortalecé tu habilidad para adquirir y aplicar conocimientos teóricos y analíticos.
  4. Aprendé continuamente y, una vez lo hayas logrado..., "volvé a comenzar".
  5. Involucrate en ámbitos de educación y enseñanza tecnológicamente provistos, seguro y atento a que aún puede haber mejores.
  6. APLICÁ, APLICÁ y APLICÁ.


Educar y enseñar, en este nuevo siglo aún no se ha redefinido completamente, pero exigen tal responsable modificación.

Y, por su parte, aprender, exige hoy habilidades que apenas si podemos interpretarlas si no tenemos la templanza suficiente para detenernos frente al fenómeno y comprenderlo, al menos en la magnitud que nos permita nuestro entendimiento, para así incorporarlo y aplicarlo, responsable y productivamente. 



“El DESARROLLO es inherente a las energías humanas más que a la riqueza económica”
Sólo si ADMINISTRAS ambos ¡Lo lograrás!




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