Convertite en héroe. Tres acciones básicas frente a la crisis, con las que optimizar recursos, ahorrarte sustos y fortalecer tu evolución empresarial.
APALANCAMIENTO SISTÉMICO.
La empresarialidad, como en toda
expresión universal, tiene sus propios principios rectores que no podemos
olvidar, al menos si queremos que nos vaya razonablemente.
Pero un rasgo peculiar de esta
institución humana, cuando la visualizamos desde el plano orgánico, es que si
logra despojarse de la vital iniciativa emprendedora, queda sujeta a la
condición de sistema si quiere alcanzar su madurez como empresa.
Literalmente, puedo afirmar, que
es la concepción sistémica la que acelera el talento empresarial en un
emprendedor para, consciente de ello, apalancar sus competencias y recursos evolucionando
hacia la adultez institucional como empresa.
DADME UN PUNTO DE APOYO y…
Si bien para ARQUÍMIDES y su
palanca bastaba con un punto de apoyo para mover el mundo, la empresarialidad,
desde la perspectiva sistémica reposa en tres, quizás para no contrariar al
supremo equilibrio, como lo sabe cualquiera que se haya detenido a observar la
santísima trinidad o un desvencijado banquillo (parafraseando a Elizabeth
GILBERT).
Apoyo #1: RELATIVIDAD.
Tu empresa, en términos
sistémicos, es parte de un sistema más grande que lo contiene. Para el caso, el
sistema socioeconómico al que sirve.
De ahí, la importancia de la
vigencia del propósito socio-económico (visión empresarial), como eje de todo
evolución pero, más aún, como condición básica de subsistencia.
Apoyo #2: FUENTE DE ENERGÍA.
Dada esa inclusión continental, la
energía capaz de transformar la potencia en desempeño, tu empresa la obtiene de
la interacción con el sistema de referencia.
Si perdés esa reciprocidad vital,
materializada en tus permanentes entregas y recepciones al ecosistema
socio-económico al que tu empresa sirve, simplemente perdés energía y la
empresa (sistema) se extingue.
Apoyo #3: ESTRUCTURA.
“Los órganos son al cuerpo humano, lo que la estructura es a la empresa”.
La eficacia humana (sistema) resulta
de la vitalidad funcional de los órganos asociados a la función que lo
requiere, ya se corresponda estos con el aparato (subsistema) digestivo, el
circulatorio, el respiratorio, etc.).
Del mismo modo, la eficacia
empresarial (sistema), y particularmente la eficiencia (productividad), resulta
de la funcionalidad de los órganos asociados a la función que lo requiere, ya
se correspondan estos con el subsistema comercial, de producción,
económico-financiero, de información y/o, de recursos humanos.
Ambos sistemas, se valen de la
funcionalidad de sus respectivos subsistemas para sobrevivir. Disfuncionar,
inevitablemente, importa perecer.
DEDUCCIONES INMEDIATAS.
Como el ahogado, que más se hunde
cuanto más agita inconsistentemente sus brazos, la crisis te involucrará en un sinnúmero
inconsciente de acciones, rara vez conducentes a superarla.
No es sólo haciendo más que se
supera una crisis, hacerlo inteligentemente suele ayudar bastante; sobretodo,
desgasta menos.
Una acción inmediata, inherente al apoyo #1
Si gerencias, cuanto más
consciencia del sistema tengas, mayor es la posibilidad de aumentar su
desempeño. Focalizá en tu propósito socio-económico y, prescindí de todo lo
demás.
Si otro lo gerencia, tu
consciencia sistémica te mantendrá útil y necesario a la causa por la que
fuiste contratado.
Una acción inmediata, inherente al apoyo #2
Si gerencias, acercate al cliente,
y redefiní sus necesidades. De seguro, y por poco que hayan cambiado, no son
las mismas que antes de iniciada la crisis. Escuchalo y procedé. Revitalizá la
energía.
Si sos gerenciado, acercate a tu
cliente interno. Aquel que ocupa el eslabón de proceso siguiente según tu ubicación
en el flujo de desempeño (ascendente o descendente).
La dinámica evolutiva, importa
oportunidades de mejoras en procesos, métodos, tiempos, etc. que pocas veces se
hacen tan evidentes como en una crisis.
Una acción inmediata, inherente al apoyo #3
Si gerencias, te es propio
liderar y ello importa tu deber de anticipar lo único predecible en una empresa:
la crisis. Ahora, una vez inmerso en ella, es tiempo de dar batalla,
manteniendo alta la moral, estimulando la confianza en la organización
conformada y, principalmente, entre aquellos que la integran.
Si sos gerenciado, es tu momento
de la gran MASCHERANO “hoy te convertís en héroe”. Este es tu momento para
emplear tu virtud, ni más ni menos aquella por la que fuiste contratado;
convocado para integrar la estructura del sistema que te contiene.
¡Usá tu bala de plata!
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