miércoles, 5 de octubre de 2016

"Una pesadilla o una ventaja competitiva"; ¡Te toca decidir!

Quizás el más automático de los procesos humanos del hombre moderno. Quizás, también por ello, el más peligroso.

Es curioso como administramos posibilidades de cursos alternativos de acción. Tanto lo es por la decisión que ellos importan, como por lo que con hacemos luego con la alternativa elegida.

En el común de los casos, es tan automático la ejecución del proceso que debiera ser consciente que, cuando verdaderamente se le impone el rigor del proceso al decisor lo más recurrente es que se paralice.

Por su parte, es frecuente encontrarte en la consulta con comentarios como:
  • “Lo que me pasa habitualmente es que después que decidí me entran todas las dudas y no vivo tranquila/o”...;
  • “Después de algún tiempo vuelvo a advertir que me encuentro en el mismo lugar o frente al mismo problema que estaba antes de tomar la decisión”...;
  • “Siempre me toca decidir todo”...;
  • “Siento, a menudo, que esta decisión ya la he tomado muchas veces antes, pero para el resto siempre parece novedoso”...;
  • "...ayyy, le dije que sí a la actualización de la aplicación xxx y acaban de comentar en el noticiero los problemas que ello conlleva por cuanto refiere a mi privacidad y..."

Entre otras, ¡tantas! Por cierto… y, más aún, paradójicamente, muchos de quienes hacen tales comentarios se tienen por eximios decisores y no es que no lo sean pero generalmente optimizan mucho sus efectos perfeccionando su método.

Suficiente con lo anterior para tomar consciencia de la importancia de nuestras decisiones, especialmente si estamos a cargo de una administración, cualquiera sea, pero especialmente las que más nos ocupan aquí: empresaria, de gobierno o de organizaciones civiles.

Si alguna de las anteriores te identifica y te propones hacer algo al respecto, en el próximo post te cuento algunas pocas consideraciones que te ayudarán; seguramente. No por nuevas, sino porque de tanto en tanto, conviene recordar e integrar para perfeccionar nuestros desvíos.



“El DESARROLLO es inherente a las energías humanas más que a la riqueza económica”
Sólo si ADMINISTRAS ambos ¡Lo lograrás!


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